Incluso mientras los estadounidenses hacen fila para recibir las vacunas contra el COVID-19, sigue existiendo incertidumbre sobre cuánto tiempo las personas y las empresas deberán seguir tomando precauciones en las áreas públicas y los lugares de trabajo. Un año después de la pandemia, Estados Unidos todavía espera alcanzar la inmunidad colectiva mediante la vacunación. Ciertamente hemos progresado desde donde estábamos en 2020, pero nos queda un largo camino por recorrer antes de que la vacuna haya llegado a una cantidad suficiente de población como para que los gobiernos y las empresas puedan comenzar a avanzar hacia algo parecido a la normalidad.
Mientras se implementa la vacuna, las personas no vacunadas siguen en riesgo y las nuevas variantes del virus están generando nuevas preocupaciones sobre cómo mantener a las personas seguras a medida que regresan gradualmente al trabajo normal. A lo largo de la crisis, prácticamente todas las empresas han luchado por tener en cuenta los innumerables factores de riesgo que se han introducido en sus lugares de trabajo, introduciendo nuevos riesgos de seguridad y aumentando la probabilidad de lesiones.
Administrar un centro de fabricación, un almacén, una oficina o prácticamente cualquier otro lugar de trabajo durante una crisis de salud significa ajustar pisos enteros y reorganizar las estaciones de trabajo para adaptarse a los requisitos de distanciamiento social, y eso es solo la punta del iceberg. Incluso después de implementar medidas de prevención de enfermedades, pruebas y rastreo de contactos, los empleados aún enfrentan riesgos tanto por el virus como por el aumento del estrés que conlleva un entorno laboral cambiante. Las nuevas prácticas de programación, los procesos o estaciones de trabajo modificados y los estándares ergonómicos inconsistentes para los trabajadores remotos pueden aumentar el riesgo de lesiones relacionadas con el trabajo. Y en el mundo actual, lo último que necesita cualquier empresa o agencia es gastar más de su presupuesto en reclamaciones, multas o ausentismo creciente.
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Por eso es tan importante que los empleadores auditen cuidadosamente sus instalaciones y procesos para estar preparados para el COVID-19, así como para detectar nuevos factores de riesgo de lesiones. Los líderes de seguridad han identificado algunos componentes esenciales para esta evaluación de riesgos y plan de cambio que pueden ayudar a las empresas a mantener sus instalaciones en funcionamiento y al mismo tiempo minimizar el riesgo de enfermedades y lesiones para sus empleados.
Muchas empresas han optado por contratar apoyo de seguridad de terceros para abordar estos cinco factores clave en un plan de seguridad exitoso durante la crisis de COVID-19.
1. Planificación de la fuerza laboral
Independientemente del nicho o la industria, ninguna empresa puede esperar superar esta crisis sin un plan bien investigado. Empiece por crear un comité cuyos miembros representen todas las áreas afectadas del negocio, desde operaciones y logística hasta finanzas y recursos humanos. Concéntrese en estas áreas mientras desarrolla un plan para las operaciones diarias, la dotación de personal, las adaptaciones en el lugar de trabajo y la seguridad de los empleados.
- Factibilidad: ¿Qué partes de su operación pueden adaptarse razonablemente a los cambios necesarios para seguir trabajando teniendo en cuenta el distanciamiento social y otras preocupaciones?
- Preparación para una pandemia: Haga un balance de su inventario de equipo de protección personal (PPE) y asegúrese de estar equipado con los recursos que todos los departamentos necesitarán para funcionar. El equipo clave incluye mascarillas y protectores faciales N95 certificados por NIOSH.
- Comunicación: Trabajar para establecer la transparencia entre la dirección y la fuerza laboral. Todos los empleados deben mantenerse actualizados sobre la información más reciente sobre seguridad y salud de los CDC y otros recursos. Una comunicación sólida puede ayudar a crear una cultura más positiva en torno al trabajo durante la pandemia.
- Cadenas de suministro: Evalúe la salud de sus cadenas de suministro en cada punto para identificar cualquier escasez, retraso u obstáculo a la producción.
2. Planificación del entorno físico
Recopile tantos datos como sea posible sobre sus sitios e instalaciones de trabajo e identifique los niveles de riesgo a nivel granular. Las consideraciones clave sobre el espacio incluyen:
- Zonas comunes y puntos de entrada: Es probable que estos lugares presenten un mayor riesgo de transmisión de enfermedades, y las empresas deben eliminar las reuniones y minimizar las interacciones entre los empleados en estas áreas.
- Estaciones de trabajo: Evalúe cuánta distancia necesitará crear entre las estaciones de trabajo y los escritorios.
- Terceros: Muchas empresas han optado por limitar la presencia de contratistas y otros visitantes comunes en el lugar de trabajo que no sean empleados de la empresa o agencia. En algunos casos, los no empleados están limitados a ciertas áreas de las instalaciones o a horarios específicos durante la semana.
3. Monitoreo activo
Las empresas que buscan continuar sus operaciones durante la crisis de COVID-19 son responsables de crear un entorno que fomente la notificación precisa de los casos de enfermedades y ayude tanto al empleador como a los empleados a minimizar el riesgo de un brote.
- Pruebas y detección: Las pruebas del coronavirus y sus variantes se han vuelto menos costosas y más disponibles a medida que avanzaba la pandemia. Utilice estrategias de prueba cuya eficacia haya sido examinada por funcionarios de salud pública de acuerdo con las orientaciones más recientes. Los controles de temperatura y los cuestionarios de síntomas también pueden ayudar a prevenir la propagación del virus.
- Seguimiento de contactos: Uno de los aspectos más importantes para contener la propagación del virus, el rastreo de contactos, requiere que las empresas identifiquen a las personas que interactuaron con colegas que dieron positivo. Las personas que hayan estado en contacto con portadores del virus deben aislarse durante al menos 10 a 14 días.
- Umbrales comunitarios: Supervise las tasas de pruebas positivas y los totales en su comunidad circundante. Los picos en caso de que las tarifas puedan requerir cambios de programación u otras adaptaciones en el lugar de trabajo.
4. Prevención y Sostenibilidad
Las empresas deben asegurarse de que sus empleados se mantengan saludables para poder continuar con sus operaciones. Pero además de eso, las organizaciones también deben asegurarse de poder sostener las operaciones en las condiciones actuales, que, en muchos casos, son drásticamente diferentes de las operaciones normales.
- Comunicación de vacunas: Lo mejor para el empleador es que la mayor cantidad de empleados reciban la vacuna COVID-19 lo antes posible. Los gobiernos estatales están dando prioridad en gran medida a la distribución de vacunas según el riesgo, lo que significa que las personas mayores, los trabajadores esenciales y las personas con ciertas condiciones de salud podrán recibir las vacunas primero. Mantenga abiertas las líneas de comunicación con los empleados e infórmeles sobre cualquier actualización en el proceso de implementación de la vacuna. La transparencia también alentará a los empleados a optar por la vacuna si tienen dudas sobre su eficacia.
- Monitoreo continuo: Muchas empresas han optado por crear grupos de trabajo a largo plazo dedicados a mantener la organización en línea con las pautas de salud pública y las últimas recomendaciones de seguridad.
5. Soporte de seguridad en el sitio
Aunque muchos empleadores optaron por reducir el apoyo de seguridad de terceros por razones tanto presupuestarias como de seguridad, en 2021 nuestra comprensión del virus ha progresado lo suficiente como para que los servicios de seguridad esenciales puedan regresar a los lugares de trabajo con un riesgo mínimo. También han surgido nuevas soluciones para ayudar a las empresas a mantenerse al día con sus objetivos de seguridad, entre ellas:
- Formación virtual: Muchos proveedores ahora permiten a los empleadores conectar a sus empleados con programación de seguridad a través de software de videoconferencia. El entrenamiento de biomecánica, estiramiento y flexión, acondicionamiento y movilidad se puede realizar de forma virtual, ya sea en sesiones grupales o individuales.
- Evaluaciones ergonómicas: Para ayudar a adaptar los nuevos entornos de trabajo a las mejores prácticas ergonómicas, los especialistas pueden revisar las instalaciones o configuraciones de trabajo en el hogar para ayudar a los empleados a crear estaciones de trabajo seguras. Estas evaluaciones a menudo se pueden realizar por video.
- Apoyo a la salud mental y el bienestar: Dado el estrés sin precedentes que están experimentando los trabajadores durante la pandemia, los empleadores pueden ofrecer cierto apoyo a través de programas de salud mental y materiales complementarios. Algunos proveedores han creado aplicaciones para teléfonos inteligentes que ayudan a los empleados a controlar el estrés y cuidar sus cuerpos dentro y fuera del trabajo.
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Trabajar de forma segura durante la COVID-19 requiere planificación.
Hemos avanzado en la comprensión de cómo funciona el virus y cómo afecta el riesgo para los empleados, pero la mejor defensa contra las enfermedades, los altos costos y un aumento en las lesiones relacionadas con el trabajo es un plan bien pensado y proactivo. Incorpore estos pilares clave de la seguridad en el lugar de trabajo durante la pandemia y estará bien encaminado para lograr operaciones fluidas y empleados más seguros y felices.