No todo el mundo ha oído hablar de los trastornos musculoesqueléticos (TME), pero casi todo el mundo ha estado en riesgo de desarrollar uno. De hecho, son tan comunes que afectan aproximadamente a un tercio de la población mundial. Además, los TME son la principal causa de discapacidades crónicas, ausencia del trabajo, productividad reducida y calidad de vida reducida.
Los trastornos musculoesqueléticos relacionados con el trabajo no sólo son prevalentes, sino que también representan un costo significativo para los empleadores. La investigación realizada por la Oficina de Estadísticas Laborales confirmó que los TME eran la categoría más grande de lesiones en el lugar de trabajo y eran responsables de casi el 33 por ciento de todos los costos de compensación laboral.
Datos sobre las afecciones musculoesqueléticas
Según el Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH), un trastorno musculoesquelético es una lesión de los músculos, tendones, ligamentos, nervios, articulaciones, cartílagos, huesos o vasos sanguíneos ubicados en los brazos, piernas, cabeza, cuello, o atrás.
Los TME son causados o agravados por diversas tareas físicas que son comunes en el lugar de trabajo y en la vida diaria, como levantar, empujar y tirar.
Los síntomas del TME incluyen dolor, rigidez, hinchazón, entumecimiento y una sensación de hormigueo que puede resultar incómoda o distraer.
Según la OMS: Los TME afectan a alrededor de 1,71 mil millones de personas en todo el mundo Un TME limita significativamente la movilidad y la destreza Entre los distintos tipos de TME, el dolor lumbar causa la mayor carga Se prevé que las discapacidades relacionadas con los TME sigan aumentando en las próximas décadas. Afortunadamente, los trastornos musculoesqueléticos se pueden prevenir. Los empleadores y los profesionales de la seguridad pueden desarrollar programas ergonómicos eficaces para reducir la tasa de incidentes de TME en sus lugares de trabajo. Sin embargo, para lograrlo, primero es necesario comprender qué son estos trastornos y qué factores de riesgo contribuyen a su desarrollo. (Obtenga más información en ¿Qué es la ergonomía ajustada y por qué es importante?)
1. Trastornos musculoesqueléticos de las extremidades superiores
Los TME de las extremidades superiores pueden afectar cualquier región del cuello, hombros, brazos, muñecas y manos. Los trastornos musculoesqueléticos de las extremidades superiores relacionados con el trabajo más comunes son:
2. Trastornos musculoesqueléticos de la espalda baja
Los TME en la espalda baja están asociados con problemas de discos espinales, lesiones musculares y lesiones de tejidos blandos. Estos trastornos a menudo surgen del trabajo físico que implica mantener posturas estáticas e incómodas, movimientos repetitivos y vibraciones de todo el cuerpo.
3. Trastornos musculoesqueléticos de las extremidades inferiores
Los TME de las extremidades inferiores afectan las caderas, las rodillas y las piernas. Los trabajadores cuyos trabajos implican estar de pie o arrodillados durante períodos prolongados de tiempo, arrodillarse o ponerse en cuclillas repetidamente o saltar desde una altura tienen un mayor riesgo de desarrollarlos.
Los trastornos musculoesqueléticos de las extremidades inferiores relacionados con el trabajo más comunes son:
- Cadera y Muslo: Osteoartritis, distensiones de los isquiotibiales y dolor en la articulación sacroilíaca
- Rodilla y pierna: Osteoartritis, bursitis, tendinitis prepatelar, calambres en las piernas, tendinitis infrapatelar y fracturas por estrés
- Tobillo y Pie: Tendinitis de Aquiles, ampollas, callos en los pies, juanetes, dedos en martillo, esguinces de tobillo, fracturas por estrés y venas varicosas
Factores de riesgo para desarrollar trastornos musculoesqueléticos
Los diversos factores de riesgo que aumentan la probabilidad de que un trabajador desarrolle un TME se pueden dividir en tres categorías principales:
1. Factores de riesgo ergonómicos
Los principales factores de riesgo ergonómicos incluyen los siguientes:
- Fuerza: La fuerza se refiere a la cantidad de esfuerzo físico que ejerce un trabajador al realizar tareas que implican cargar, levantar, tirar o empujar. El riesgo de lesión aumenta si la cantidad de fuerza necesaria para realizar el trabajo excede la capacidad física del trabajador.
- Movimiento repetitivo: Usar repetidamente el mismo grupo de músculos para realizar el mismo movimiento es otro peligro ergonómico.
- Postura: Trabajar durante períodos prolongados de tiempo en posiciones que no se ajustan a la alineación natural del cuerpo genera estrés en el cuerpo, lo que aumenta el riesgo de trastornos musculoesqueléticos.
- Vibración: Las vibraciones de maquinaria, herramientas y equipos se transfieren a cualquier persona que esté en contacto directo con ellos. Los casos repetidos o prolongados de vibración mano-brazo o vibración de todo el cuerpo pueden afectar los vasos sanguíneos, lo que puede provocar TME.
2. Factores de riesgo organizacional y psicosocial
Los factores de riesgo organizacionales y psicosociales incluyen:
- Descansos poco frecuentes
- Trabajar bajo presión o con plazos ajustados
- Mal diseño de trabajo
- Altas exigencias laborales
- Falta de apoyo de colegas y supervisores.
- Inseguridad laboral
Si bien estos no afectan directamente los músculos o los tejidos blandos, tienden a dar lugar a comportamientos que sí lo hacen.
Estas formas de estrés psicológico o emocional pueden hacer que los trabajadores presten menos atención a sus cuerpos mientras trabajan, tensen sus músculos o se vuelvan menos activos físicamente en general. Esas respuestas conductuales al estrés los colocan en mayor riesgo de desarrollar TME.
3. Factores de riesgo individuales
Los factores de riesgo individuales incluyen:
- Edad: A medida que envejecemos, nuestro tejido blando se vuelve menos capaz de soportar la tensión que se le ejerce. Asimismo, la fuerza muscular tiende a disminuir.
- Género: Las investigaciones han demostrado que la prevalencia de TME relacionados con el trabajo es mayor entre las mujeres. Esto podría deberse a que las mujeres suelen estar empleadas en tareas que implican una combinación de factores de riesgo biomecánicos y psicosociales. El hecho de que las mujeres tiendan a realizar la mayor parte de las tareas domésticas y el cuidado de los niños también les supone una mayor presión e impide su capacidad para descansar entre turnos de trabajo.
- Salud y estilo de vida: El tabaquismo, el consumo de alcohol y la obesidad también se han relacionado con un mayor riesgo de desarrollar TME.
La estrategia de prevención en tres niveles
Según la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, las estrategias preventivas de los trastornos musculoesqueléticos deben abordarse en tres niveles:
- Prevención primaria Se refiere al proceso de evaluación de riesgos y a la implementación de medidas de control de peligros técnicas, organizativas y orientadas a las personas.
- Prevención secundaria Implica la identificación e intervención tempranas.
- Prevención terciaria tiene como objetivo facilitar el proceso de reincorporación al trabajo de los trabajadores que han sufrido una lesión musculoesquelética
Dados los diversos tipos de factores de riesgo que contribuyen a estos peligros comunes, mantener a los trabajadores a salvo de los TME requerirá un enfoque holístico que aborde una serie de variables, desde la postura adecuada hasta el manejo del estrés.